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sábado, 29 de septiembre de 2012

Documentos sobre cómo se vivió en Tucumán
la invasión napoleónica a España
 
Por Celia Avellaneda de Ibarreche
 
Invitamos a nuestros lectores a leer un trabajo de investigación
realizado por nuestra colega Lic. Celia Avellaneda, quien lo ha
publicado en la página web de la prestigiosa Real Academia Matritense
de Genealogía y Heráldica de España. Colocamos en el blog sólo
la Introducción del mismo, para aquellos que quieran acceder a
la totalidad de la monografía sólo tienen que hacer click en
 
 
Introducción
     En general la historiografía argentina considera a las ideas de la Revolución Francesa como un antecedente muy importante para los hechos del 25 de mayo de 1810 (Primer Gobierno Patrio en que se reemplazaron las autoridades españolas por criollas), y la posterior declaración de nuestra independencia de España y de toda dominación extranjera[1] efectuada en la ciudad de San Miguel de Tucumán el 9 de julio de 1816 por representantes de muchas de las provincias que en ese entonces se llamaban “Provincias Unidas de Sud América” y que fueron la base de la actual República Argentina[2]. Pero muy pocos historiadores han puesto el acento en la decisiva importancia que tuvo la Invasión napoleónica a España.
     El que mejor estudió estos sucesos fue el historiador Enrique de Gandía con el que coincidimos plenamente “la Revolución Francesa causó indignación y horror en todas partes donde fue conocida. Más aún: desde 1808 en adelante, Francia fue, para los españoles, la nación más odiada del mundo”… “Los sucesos de Europa y de América no debían nada a la Revolución olvidada. Lo debían todo a Napoleón, que había desorganizado el mundo. América se había cubierto de Juntas populares de gobierno a imitación de lo ocurrido en España y había un odio terrible a Napoleón”[3]
     A esta parte de América no le quedaban muchas alternativas para evitar caer en la anarquía que nombrar a sus propios gobernantes. Además la razón de más peso fue que la América española era propiedad del rey, no de España y habiendo renunciado al trono tanto Carlos IV como Fernando VII en favor de quién dispusiera Napoleón, que designó a su hermano José Bonaparte como rey de España pero nunca fue reconocido en el Río de la Plata[4].
     Increíblemente, y por esas cosas del destino, cuando se produce la invasión de Napoleón a España el virrey del Río de la Plata era un militar francés al servicio de España, don Santiago de Liniers. Fue nombrado por el Cabildo de Buenos Aires el 30 de junio de 1807, en una designación inédita en estos lugares, por su gran actuación durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807[5] después fue confirmado como virrey interino por Carlos IV.
     Liniers reemplazó como virrey al marqués de Sobremonte[6] designado por el rey Carlos IV y depuesto en el Cabildo Abierto del 10 de febrero de 1807 por haber huido [7]cuando los ingleses, al mando de Beresford, tomaron la ciudad de Buenos Aires en 1806.
     Los habitantes de Buenos Aires empezaron a sentirse superiores a los europeos  después de haber derrotado a los regimientos más famosos de los ingleses y del mundo con sus propios recursos, sin auxilios de la Metrópolis ni del Perú.[8]
     El carácter de provincias españolas y no de colonias que les acordó a los virreinatos el derecho español resultó esencial para que iniciáramos el camino hacia nuestra independencia.[9]
     La autoridad del virrey había caducado por causas que no les eran atribuibles pues ni ellos habían incitado a Napoleón a invadir España, ni obligado a Carlos IV y Fernando VII a abdicar, ni intervenido para que estos fueran tomados prisioneros.[10]. Por eso sus integrantes juraron que mantendrían estas tierras para que las gobernara Fernando VII apenas recobrase su libertad.
     Al votar el día 22 de mayo de 1810 dijo Castelli: “Aquí no hay conquistados ni conquistadores: aquí no hay sino españoles. Los españoles de España hay perdido su tierra. Los españoles de América tratan de salvar la suya. Los de España que se entiendan allá como puedan…Propongo que se vote: que se subrogue otra autoridad a la del virrey  que dependerá de la metrópoli si esta se salva de los franceses, que será independiente si España queda subyugada” [11]
     No hubo sublevación contra las autoridades constituidas pues las que existían en España hallábanse dispersas, prisioneras o eran ilegítimas y las autoridades delegadas de América de hecho o derecho habían caducado…por las mismas razones.
     Para constituir la Junta del día 24 de mayo de 1810 se decidió que Cisneros continuara  vinculado al gobierno no como virrey sino como Presidente de la nueva Junta pues su destitución total no sería aceptada en el resto del virreinato (Montevideo, Paraguay,  Córdoba, Charcas, Potosí y La Paz ). Pero el pueblo protestó no aceptando que la presidiera Cisneros y tuvo que cambiarse la conformación de la Junta designándose otra el día 25 con mayoría de miembros criollos.
Aclaración preliminar
     Transcribimos las fojas en el orden en que están foliadas, aclaramos que no están ordenadas cronológicamente, seguramente se las fue archivando a medida que llegaban los documentos a la ciudad de San Miguel de Tucumán.
     Los documentos se encuentran en el Archivo Histórico de Tucumán, gran parte de ellos están en el volumen 19 de la Sección Administrativa que abarca los años 1808 y 1809. También han sido intercaladas varias actas capitulares con resoluciones del Cabildo[12] que tienen relación con las noticias que se reciben en la ciudad y con las disposiciones administrativas del momento sobre la guerra por la independencia en España. Los encabezados que preceden a cada documento han sido copiados del Índice.
     Hemos optado por transcribirlos textualmente con puntos suspensivos en el caso de ser ilegible una o varias palabras y signo de pregunta cuando no teníamos seguridad en alguna palabra.
     Se declaraba siempre la fidelidad al rey Fernando VII a pesar que se sabía que había abdicado y que en España reinaba José Bonaparte pero era una forma de oponerse a la invasión napoleónica.
     Es destacable el sentimiento de indignación manifestado por sus habitantes ante la invasión y el esfuerzo económico que hicieron por igual criollos y españoles para cubrir la cuota asignada a Tucumán de $ 8.000 anuales y así colaborar en la lucha contra Francia. La llamada “Guerra de la Independencia” que se desarrollaba en la metrópolis se sostuvo en gran medida con las donaciones enviadas desde la América española.
Hemos comenzado el trabajo con el Real Decreto de Carlos IV abdicando a la corona de España a favor de su hijo Fernando VII por ser el momento en que la autoridad real empieza a perder poder en América.


[1] Acta de la Independencia Argentina: "Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en congreso general, invocando al Eterno que preside el universo, en nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad bajo el seguro y garantía de sus vidas haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación. Y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración." Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del Congreso y refrendada por nuestros diputados secretarios. El 19 de julio, en sesión secreta, el diputado Medrano hizo aprobar una modificación a la fórmula del juramento. Donde decía «independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli», se añadió:
"...y toda otra dominación extranjera"
 
[2] - Enviaron representantes al Congreso: Buenos Aires (7) Catamarca (3) Córdoba (4) Jujuy (1) La Rioja  
     (1) Mendoza (2) Salta (2) San Juan (2) Santiago del Estero (2) Tucumán (2) San Luis (1) Potosí (1) La
     Paz (2) Charcas (3) Cochabamba (2) las cuatro últimas forman parte del actual territorio de Bolivia. 
     No concurrieron por no apoyar al Congreso: Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe, Misiones era un
     territorio en      disputa con Paraguay y Brasil, las actuales provincias del Chaco, La Pampa, Neuquén,
     Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego eran en esa época  territorios ocupados por los
     indígenas. 
[3] - Gandía, Enrique de – Napoleón y la Independencia de América – Editorial Claridad –
     Buenos Aires – 10 de noviembre de 1955.
[4] - Napoleón Bonaparte cede el 5 de julio de 1808 a su hermano José Bonaparte, rey de Nápoles y Sicilia,
     los derechos a la corona de España y de las Indias adquiridos por la cesión que le hizo Carlos IV –
[5] - Los ingleses al mando del general Beresford tomaron la ciudad de Buenos Aires el 27 de junio de 1806   
     la que fue reconquistada el 12 de agosto del mismo año por las tropas al mando del francés Santiago
     de Liniers.
     Hubo una segunda invasión en junio de 1807 al mando del general Witeloke pero también fue
     rechazada. La defensa estuvo encabezada esta vez por el español Martín de Alzaga en ese entonces
     alcalde de primer voto del Cabildo de Buenos Aires.
     Estaba planeada una tercera invasión dirigida por el general Wellesley al mando de más de 10.000
     hombres pero la alianza de España e Inglaterra contra Francia cambió los planes ingleses y dicho
     general tuvo que llevar sus tropas a España para luchar contra las tropas de Napoleón. Uno de sus
     generales era Beresford que luchó junto a José de San Martín en Bailén.
[6] - El Cabildo de Buenos Aires el 23 de diciembre de 1807 acordó que el Caballero Síndico Procurador  
     procediese a puntualizar y esclarecer las causas que dieron mérito a la separación interina del 
     Excelentísimo Señor Virrey Marques de Sobre Monte”. 
[7] - “Se presento a la puerta de esta Sala Capitular un gran numero de Pueblo clamando y diciendo á   
     voces, que todos querian ir á reconquistar la Plaza de Montevideo y que estaban prontos á derramar
     toda su sangre para conservar al Rey sus Dominios, y que en parte alguna de ellos no se extinga la
    Religion de Jesu Cristo que profesaron sus maiores. Y que teniendo por perjudicial para esto como
    para lo demas que pueda ofrecerse en lo por venir la subsistencia del Señor Marques de Sobre Monte
    en el mando de estas Provincias (Reunión del Cabildo del día 6 de febrero de 1807) – Acuerdos del
    Extinguido Cabildo de Buenos Aires – Tomo II – Editorial Kraft – Buenos Aires 1926.
[8] - Argentina – Análisis Crítico de su Historia – José Manuel Avellaneda – Editorial Dunken – Tucumán  
     – 2004.
[9] - Ibid
[10] - Ibid
[11] - Acuerdos del Extinguido Cabildo de Buenos Aires – Serie IV – Archivo General de la Nación –
       Buenos Aires – Editorial Kraft – 1927.
[12] - Los documentos que corresponden a las Actas Capitulares están especialmente aclarados.


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