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martes, 25 de octubre de 2011

XVII REUNIÓN AMERICANA DE GENEALOGÍA

Y

VII CONGRESO IBEROAMERICANO DE LAS CIENCIAS GENEALÓGICA Y HERÁLDICA

QUITO-ECUADOR

DEL PAÍS DE LA CANELA A LA CIUDAD DE BARCO.

LA DESCENDENCIA DE ANDRÉS DE HERRERA EN EL TUCUMÁN

Marcelo Gershani Oviedo
Palabras iniciales

Esta comunicación se desprende de una investigación mayor que estamos realizando sobre la descendencia del conquistador Andrés de Herrera en el Tucumán colonial.
Es intención de este trabajo mostrar el derrotero histórico-biográfico de Andrés de Herrera desde su llegada a América hasta su instalación en el Tucumán.
Sabemos que se encontraba en el Perú hacia 1536, donde conoció al conquistador Francisco de Aguirre, con quien volverá a encontrarse en el Tucumán casi dos décadas después, en ocasión de los conflictos suscitados entre Aguirre y el fundador de la ciudad de Barco, Juan Núñez de Prado.
Andrés de Herrera participó de la expedición al País de la Canela, liderada por Gonzalo Pizarro en 1541, mientras era gobernador de Quito. Pocos años después, "en las rebeliones del Pirú", el mismo Herrera "prestó a Su Majestad veinte mil pesos en la Ciudad de Quito". En 1550 fue vecino fundador de la ciudad de Barco, en el Tucumán, a la que tres años después Francisco de Aguirre rebautizaría con el nombre de Santiago del Estero.
Andrés de Herrera tuvo un hijo homónimo, nacido en América por 1548. Este último fue padre, a su vez, de García de Herrera, nacido en Santiago del Estero y vecino encomendero de esa ciudad en 1608. De él proviene la familia Herrera, a la que Alejandro Moyano Aliaga caracteriza como una de las más antiguas con descendencia hasta hoy en la República Argentina[1]. En esa descendencia, que se vinculó con la de fundadores de ciudades del Tucumán encontramos eclesiásticos, religiosas, gobernadores, magistrados, diplomáticos, empresarios, legisladores, educadores, y hasta un presidente de la Nación.

Del País de la Canela…
En un padrón levantado en Santiago del Estero en 1608, un vecino encomendero de esta ciudad tucumanense, García de Herrera, declaró que su abuelo Andrés de Herrera fue uno de los primeros descubridores de La Canela.[2]
Esta expedición fue liderada por Gonzalo Pizarro en 1541, mientras era gobernador de la ciudad de Quito. Dicha especia, la canela, era una planta perfumada que se empleaba en la composición de las ofrendas, para fines terapéuticos y para saborizar ciertos alimentos. Se decía que la canela se extendía por los bosques orientales, más allá de la cordillera de los volcanes y bajo el ecuador, latitud propicia al cultivo de las especias. Quizás resulte difícil comprender la importancia que se le atribuía a la canela en aquel momento, pero hay que tener en cuenta que las especias, motivo del primer viaje atlántico, habían conservado su atractivo, sobre todo desde que la explotación de las Molucas había sido dejada a los portugueses. Es por ello que Pizarro y sus contemporáneos consideraban a la canela "como un artículo de valor casi tan inapreciable como el oro".[3] Gonzalo Pizarro pudo reclutar para la expedición entre 280 y 340 españoles y a varios miles de indios, que debían llevar las armas y las provisiones. Por fin, la columna se puso en marcha en febrero de 1541 y, luego de varios meses de travesía, descubrieron que los árboles de canela estaban dispersos en terreno inundado y que la explotación de los mismos presentaba obstáculos insuperables. Además de sufrir lluvias torrenciales constantes, el hambre comenzó a atacarlos y costó la vida de muchos españoles e indios. Así, exploraron diversas provincias pero sin hallar más que tierras pobres, estériles y de pocos habitantes.
Para su regreso a Quito a principios de junio de 1542, Gonzalo no sólo había incrementado su experiencia en el mando, sino también había ganado el apoyo de un séquito personal lo cual, en su conjunto, le permitía convertirse en un hombre poderoso. A pesar de que la expedición no resultó ser lo que Gonzalo y su gente esperaban, y de haber desperdiciado en la misma dos años y medio, puede decirse que marcó un momento clave en su carrera y le permitió consolidar su posición de mando. Finalmente, regresaron a Quito 80 sobrevivientes hambrientos, desnudos y con las manos vacías.[4] Entre ellos estaba Andrés de Herrera, genearca en el Tucumán de la familia que estudiamos.

El genearca del linaje en el Tucumán
Andrés de Herrera había nacido en España alrededor del año 1490, según se infiere de declaraciones del propio Herrera con respecto a su edad.[5] No tenemos certeza sobre la fecha en que se estableció en América, aunque sabemos que ya se encontraba en el Nuevo Mundo para 1536. Tampoco tenemos noticias sobre su filiación. Al respecto, solamente contamos con una información que nos fue enviada desde el Archivo General de Indias, que dice que el único Andrés de Herrera que registra su base de datos antes de 1536 pasó a Indias el 10 de febrero de 1517. Era vecino de Adrados, Tierra de Cuéllar, y en lo que se refiere a su filiación, sólo consta que era hijo de María Sánchez de la Herrera.[6] No podemos avanzar más en este punto.
Sobre su actuación pública, sabemos que pocos años después de la fallida expedición a La Canela, “en las rebeliones del Pirú”, Andrés de Herrera “prestó a Su Majestad veinte mil pesos en la Ciudad de Quito, con que suplió la paga a los soldados, e hizo otros muchos servicios calificados a Su Majestad”. Fue “conquistador… de las provincias del Perú, y siguió el campo de Su Majestad contra los rebelados, con mucha costa de su persona y hacienda”.[7]
Este testimonio, escrito por su nieto García de Herrera en 1608, demuestra que, al momento de las guerras civiles en el Perú, a mediados del siglo XVI, Andrés de Herrera ya había abandonado las huestes de Gonzalo Pizarro, pasándose al bando real, como tantos otros. Además, se evidencia la solvencia económica de Herrera. Pero la situación no era fácil: en España se habían promulgado, en 1542, las Leyes Nuevas de Indias, en las que se restringían los privilegios de los conquistadores. Entonces, los encomenderos españoles, descontentos con estas medidas, se agruparon en torno a Gonzalo Pizarro y lo proclamaron gobernador del Perú. Convertido en jefe de las fuerzas contrarias al rey, Pizarro luchó contra el virrey Blasco Núñez de Vela, al que venció y dio muerte en la batalla de Añaquito en 1546. El sucesor de Núñez de Vela en el gobierno del Perú, licenciado Pedro de la Gasca, fue derrotado en Huarina un año más tarde, pero, con la promesa del perdón real para todos los implicados en la lucha, muchos partidarios de Gonzalo Pizarro lo abandonaron. Es muy probable que sea este el momento en que Andrés de Herrera pasó a formar parte de las fuerzas reales. La Gasca consiguió finalmente derrotar y capturar a Pizarro en Jaquijaguana, en 1548. Al respecto, dice Narciso Binayán Carmona que esa victoria dejó en una difícil situación al vencedor, puesto que había más de mil conquistadores que pretendían las escasas 150 encomiendas que existían para el reparto.

…a la Ciudad de Barco
Fue entonces cuando el virrey autorizó múltiples "entradas", es decir, expediciones de exploración y/o conquista. La que interesa en este punto es la que fue dada a Juan Núñez de Prado el 19 de junio de 1549. De manera poco clara, se le encomendó la conquista de "una provincia que se dice Tucumán… para que fuese a poblar un pueblo en aquella provincia". Núñez de Prado logró reunir un contingente de ochenta y cuatro hombres y partió de La Plata (hoy Sucre, Bolivia), haciendo escala en Potosí. En 1550 fundó la ciudad de Barco, nombrada así en honor a la ciudad natal de La Gasca.[8] Agrega Armando Raúl Bazán que Núñez de Prado trajo "soldados fogueados en la guerra contra el rebelde Gonzalo Pizarro a quienes se estimó prudente erradicar del Perú para evitar nuevos alborotos" (1995:19). Uno de esos "soldados fogueados" era Andrés de Herrera.
Queda claro que Andrés de Herrera, fundador del linaje, se establece en el Tucumán a mediados del siglo XVI, por los años 1549-1550. Escribe Miguel Martínez Gálvez[9] que "la tradición familiar reconoce por tronco al conquistador Andrés de Herrera, que llegó al Tucumán con la expedición de Núñez de Prado".
Establecido entonces en el Tucumán y siendo vecino de la ciudad de Santiago del Estero, Herrera aparece en 1556, como testigo de la probanza de méritos y servicios del capitán Francisco de Aguirre, que tres años antes había rebautizado Barco con el nombre de Santiago del Estero[10]. Por ese testimonio de Herrera sabemos que había conocido a Francisco de Aguirre dos décadas atrás y a Juan Núñez de Prado hacía ocho años.
Andrés de Herrera no permanecerá ajeno a los conflictos que se suscitaron entre éstos últimos, por la jurisdicción (peruana o chilena) a la que pertenecía la ciudad de Barco. Declara Herrera en 1556 que Núñez de Prado era “hombre mal acondicionado y cruel e le vio hacer crueldades en que mató a tres españoles”[11] y que sin tener motivo, Núñez de Prado “le prendió y atormentó malamente y le tuvo en términos de matarlo”[12] a Andrés de Herrera.
En cambio, cuando se refiere a Francisco de Aguirre, Herrera declara que el gobernador tiene gran ascendiente sobre españoles e indios, y que “es muy buen cristiano temeroso de Dios y celoso del servicio de Su Majestad”.[13]
No conocemos si Andrés de Herrera contrajo matrimonio[14], pero de lo que sí hay certeza es que fue padre de otro Andrés de Herrera, que había nacido en América por 1548.[15] En la expedición de Juan Núñez de Prado se encontraba un niño de unos tres años llamado Andrés de Herrera, hijo del fundador del linaje[16], de lo que se deduce que el segundo Andrés de Herrera no era nacido en el Tucumán, sino en otro punto de América, quizás el Perú o Quito.
Era vecino de Santiago del Estero y estuvo presente, siendo muy joven, en la fundación de Córdoba en 1573, acompañando a don Jerónimo Luis de Cabrera. El segundo Andrés de Herrera no se avecindó en la recién fundada ciudad de Córdoba, donde no recibió merced de tierra ni cargo público alguno.[17] El 25 de julio de 1581 se efectúa el reclutamiento en la ciudad de Santiago del Estero, de voluntarios para la campaña de fundación de la ciudad de San Felipe de Lerma (Salta). Se presentó Andrés de Herrera, que era vecino, ofreciendo “sus armas y caballos, a su costa y minción”. El 20 de enero de 1582, Herrera declara que llevará a la jornada para la fundación de Salta “dos caballos de guerra (uno armado); dos caballos de carga; una cota, celada, adarga, lanza, y las armas de un caballo”. Llegado el contingente fundacional a la ciudad de Nuestra Señora de Talavera de Esteco, el 4 de marzo de 1582, el gobernador Lerma mandó hacer reseña y alarde de la gente de armas y del aviamiento que tenían para la jornada de Salta. Andrés de Herrera agregó a los que ya traía, los siguientes efectos: “diez y siete caballos de carga y ciento cuarenta cabezas de ganado diverso” (Lima González Bonorino, 1994). Resulta interesante la cantidad de ganado que Andrés de Herrera aportó para la fundación de Salta, sobre todo si se tiene en cuenta lo entregado por otros vecinos destacados, tanto de Córdoba como de Santiago del Estero, para esta misma gesta. Tristán de Tejeda colaboró con seis caballos, mientras que Ruy Díaz de Guzmán solamente lo hizo con uno.
En 1586 declara como testigo en una petición presentada ante el cabildo de Santiago del Estero por el gobernador del Tucumán Juan Ramírez de Velasco. Tenía 38 años “poco más o menos”[18], por lo que habría nacido alrededor de 1548, como hemos manifestado anteriormente.
Se puede inferir que Andrés de Herrera (II) poseía una situación económica holgada, derivada probablemente de su condición de vecino encomendero de Santiago del Estero.[19] Se le había otorgado en primera vida los pueblos indios de Telingo y Libapa[20], encomienda concedida seguramente en mérito a los servicios prestados en la fundación de las ciudades de Córdoba y Salta.
Según lo declara su propio hijo García en el año 1608, Andrés de Herrera (II) fue "...primero conquistador, descubridor y poblador de estas provincias de Tucumán y de todas las ciudades de ella"[21]. El mismo García de Herrera agrega que su padre era maestre de campo "de las provincias del Paraguay y conquistador que fue de las provincias del Pirú", donde "siguió el campo de Su Majestad contra los rebelados con mucha costa de su persona y hacienda". Es posible que en este testimonio García de Herrera confunda la actuación de su padre con la de su abuelo. Si Andrés de Herrera (el II de este nombre) nació por 1548, no hay posibilidad de que haya participado en las guerras civiles del Perú, que finalizaron, precisamente, en el mismo año de su nacimiento.
No se conoce el nombre de su esposa, pero sí es sabido que tuvo un hijo legítimo, el ya mencionado García de Herrera, nacido por 1578 en Santiago del Estero, de donde era vecino en 1608, gozando en segunda vida la encomienda de los pueblos de indios citados. Resulta curioso que el propio García no mencione el nombre de su madre en la memoria escrita que presenta para la confección del padrón; y es llamativo el cuidado que tiene de nombrar a Andrés de Herrera como su "padre legítimo". Podemos inferir que Andrés de Herrera (II) contrajo matrimonio con una señora de inferior condición social, y por este motivo su hijo no la menciona.
García había casado con doña Rafaela de Antoñano, nacida por 1583 en la villa de Alcalá de Henares, en los reinos de España, y probablemente era hija de Diego Pérez de Alarcón y de Juana Bautista de Antoñano.[22]
Luego de este enlace, un elemento simbólico se incorporó a la descendencia del linaje: el tratamiento honorífico de don y doña, que hasta ese momento no habían tenido los Herrera.
De este matrimonio habían nacido, hasta 1608, tres hijos: una mujer, nacida por 1600[23], y dos varones, uno nacido en 1603 y otro en 1608.[24] Uno de estos varones, posiblemente el mayor, será el capitán Gerónimo de Herrera, fundador de la familia en el Valle de Catamarca, también perteneciente a la gobernación del Tucumán.

La descendencia de Andrés de Herrera en Catamarca del Tucumán
El Padre Larrouy dice que "la familia Herrera es una de las cinco o seis familias más antiguas del Valle y de la provincia de Catamarca, ya que su fundador, Gerónimo de Herrera, estaba ya establecido en Las Chacras en el año 1642...". Agrega que desconoce la naturaleza del capitán Gerónimo de Herrera, aunque manifiesta que "acaso perteneciera a la primitiva familia Herrera de Santiago del Estero...", ya que varias familias catamarqueñas fueron oriundas de esa ciudad[25].
La cronología, la onomástica y la geografía brindan información que nos permiten suponer que uno de los tres hijos de García de Herrera y de doña Rafaela de Antoñano fue el genearca de esta familia en tierra catamarqueña. Se trata del capitán Gerónimo de Herrera, quien antes de 1639 contrajo matrimonio con Ana Páez de Cartagena, que ya era viuda de Pedro de Burgos. Gaspar Guzmán afirma que pocos años después de 1627 llega como Administrador del Valle el capitán Gerónimo de Herrera, y se avecina y arraiga "...y donde origina con su estirpe, la proficua e importante familia de los Herrera y Cartagena de Catamarca..." (1985:262). El padre Larrouy anota que en 1642 la "familia expectable" de Gerónimo de Herrera ya se encuentra establecida en el Valle, junto a los Salazar, Acuña, Medina, Maidana, Pérez de Hoyos. Junto con Herrera, compran tierras en el Valle las familias de Alonso Doncel de Amaya, Luis Jaimes de Flandes, Blas de Burgos, Francisco de Tapia y Francisco de Agüero, natural de Esteco, y cuya sangre se vinculará más tarde con la de Gerónimo de Herrera.
Antes de junio de 1653, el capitán Gerónimo de Herrera recibió del gobernador Gutierre de Acosta y Padilla la encomienda del pueblo de Pipanaco.[26] No conozco cuáles fueron los méritos de Herrera para acceder a esta encomienda, pero es probable que se haya visto beneficiado por los servicios prestados a la Corona por su abuelo y bisabuelo.
Con respecto a la filiación de Ana Páez de Cartagena, esposa del capitán Gerónimo de Herrera, no se ha encontrado ninguna documentación que mencione el nombre de sus padres, pero de acuerdo al testamento del importante encomendero Pedro de Maidana, abuelo materno de Ana, se puede asegurar que es hija de María Magdalena de Cabrera[27], hija a su vez del citado Pedro y de Blasia de Cabrera. El padre de Ana se llamó Antonio Páez de Cartagena.[28] Ana Páez de Cartagena era nieta, como queda claro, de Pedro de Maidana.[29] El casamiento del capitán Gerónimo de Herrera con la nieta de Maidana, determinó su establecimiento en el valle de Catamarca.
Se conocen cuatro hijos varones y dos mujeres del matrimonio fundador de la familia en tierra catamarqueña. De los cuatro varones, tres contrajeron matrimonio (el restante era sacerdote). De los tres varones casados (Pedro, Martín García y Gerónimo), Pedro no tuvo descendencia legítima de su matrimonio con doña Elvira Manrique de Lara. Por lo tanto, quienes perpetuaron el apellido fueron los capitanes Martín García de Herrera y Gerónimo de Herrera. Las dos hijas de los Herrera y Cartagena contrajeron matrimonio y también tuvieron sucesión. Desde el establecimiento de la familia en tierra catamarqueña, se produjeron enlaces matrimoniales con miembros de significativas familias de la sociedad colonial catamarqueña.

Estrategias familiares en el linaje Herrera
La nobleza de mérito reemplaza, de alguna manera, a la nobleza de sangre en esta región. La nobleza de mérito tiene su origen en los hechos y servicios prestados por los primeros conquistadores y descubridores locales. Debido a la existencia del principio de igualdad de los cónyuges, la descendencia de un matrimonio compartía los méritos de las ascendencias paterna y materna. No hay que olvidar que "el capital simbólico que denota la 'marca' de un apellido es acumulativo a la largo de las generaciones". Esta es la razón por la que cada individuo desplegaba la ascendencia de su padre y de su madre a la hora de lograr algún beneficio de tipo económico y para ganar un lugar de prestigio dentro de la sociedad.[30]
Es sabido que durante los siglos XVI y XVII, y hasta bien entrado el siguiente, el endonamiento, vinculado al nombre de los varones, fue la señal más clara que proclamaba la hidalguía de ciertas familias. Se ha podido establecer que en el Tucumán comenzaron a emplear este tratamiento, aparte de las altas dignidades eclesiásticas, de los caciques e indios reputados nobles, y de los españoles que ya lo habían traído, "los hijos de ciertos conquistadores y caballeros principales, y algunos descendientes por línea materna de quienes así se nombraban" (Luque Colombres, 1948:18-19).
Podemos ver que doña Bárbara de Burgos, hija del primer matrimonio de la genearca de la familia, menciona a sus padres, en su testamento, como Pedro de Burgos y Ana Páez de Cartagena, a secas, sin endonarlos, aunque he encontrado otras menciones documentales donde la misma Ana Páez de Cartagena recibe el tratamiento de doña, pero no de sus contemporáneos, por lo que no deja de ser sugestivo que su propia hija ignore este tratamiento, siendo que no olvida de atribuírselo a ella misma. No hay dudas, entonces, que el tratamiento de don que llevaron las hijas y nietos de los fundadores de la familia, no lo reciben de la familia de Ana Páez de Cartagena, ni tampoco de la de Pedro de Maidana, sino de doña Rafaela de Antoñano, a la que tenemos por madre del capitán Gerónimo de Herrera. En la documentación de la época, el capitán Gerónimo de Herrera no recibía el tratamiento de don, ni tampoco sus hijos varones, aunque las mujeres sí aparecen con ese tratamiento. Sucede que la madre y hermana de Gerónimo de Herrera, doña Rafaela de Antoñano y doña Petronila de Herrera, sí recibían el tratamiento de doñas, y seguramente por esta razón heredaron dicho tratamiento las hijas mujeres de Gerónimo de Herrera y de Ana Páez de Cartagena.
Cuando el capitán Gerónimo de Herrera contrae matrimonio con Ana Páez de Cartagena, ésta ya era viuda de Pedro de Burgos, con quien tuvo hijos. Pero lo significativo para el futuro de la familia Herrera es el hecho de que Ana era nieta, por línea materna, de Pedro de Maidana. Pocas noticias tenemos sobre él. Su nombre figura entre los fundadores de La Rioja y en su testamento se nombra como "conquistador, vecino feudatario de esta ciudad de Todos Santos de la Nueva Rioja". Pedro de Maidana era encomendero de Motimogasta desde 1591 y en 1608 obtuvo una merced en Valle Viejo.
En su testamento, Maidana nombra como una de sus herederas legítimas a Ana Páez de Cartagena.[31] Conociendo estos datos, resulta factible que el casamiento del "santiagueño" Herrera con la nieta "catamarqueña" de Maidana haya sido el acontecimiento que determinó el afincamiento del matrimonio y de su posteridad en tierra catamarqueña, debido a que es aquí donde se encontraba el mayor volumen de los bienes de Ana y de su familia. Todas las razones antes expuestas, sirven para tener una idea amplia del grupo familiar al que se incorpora el capitán Gerónimo de Herrera cuando contrae matrimonio.
La razón imperiosa del volumen de los bienes y el sentido de pertenencia a una familia y a una región, fueron motivos más que válidos para que los hijos del capitán Gerónimo de Herrera, usaran el apellido materno junto al paterno. El hecho de que no llevaran el apellido Páez y sí el Cartagena tiene una explicación lógica si no se olvida que en pleno período colonial, y mucho más en el siglo XVII, era común que los hijos llevaran el apellido de alguno de sus antepasados.

La familia extensa y las alianzas matrimoniales
Dentro del espectro de grupos familiares significativos, el capitán Gerónimo de Herrera pertenece al grupo reducido de genearcas de la sociedad catamarqueña colonial, con descendencia en la actualidad. Arribamos a esta conclusión luego de haber realizado un exhaustivo estudio de la descendencia del capitán mencionado y del entronque del linaje con miembros de otras familias importantes. A manera de ejemplo digamos que las familias Cubas y Sosa y León tienen su origen en señoras descendientes de los Herrera; asimismo interesa agregar que generosas ramas de linajes coloniales de relevancia, como los Nieva y Castilla, Carrizo de Andrada y Soria Medrano, entre otros, presentan sus entronques correspondientes con miembros de la familia Herrera, por lo que la sangre de la familia, aunque no el apellido, se transmite en gran parte de la sociedad actual.
Los hijos del matrimonio del capitán Gerónimo de Herrera con Ana Páez de Cartagena serán, hasta donde conocemos, cuatro varones y dos mujeres. De los cuatro varones, solamente uno no contraerá matrimonio: el maestro Nicolás de Herrera y Cartagena, consagrado a la carrera eclesiástica, con importante actividad en los campos político y económico. Los tres varones restantes se vincularon, por matrimonio, con antiguos linajes de gran significación en la región:
Martín García de Herrera (y Cartagena) fue casado con doña Juana Carrizo de Andrada, sobrina carnal e hija adoptiva del capitán Laurencio Carrizo de Andrada, cabildante de 1683, miembro del linaje que tiene como genearca al gobernador del Tucumán Nicolás Carrizo. En este punto, consideramos posible que Nicolás Carrizo y Andrés de Herrera, fundador del linaje y tatarabuelo de Martín García, hayan sido compañeros de ruta en aquellos días de guerras civiles en el Perú y en el camino al Tucumán.
Pedro de Herrera y Cartagena se desposó con doña Elvira Manrique de Lara, hija del sargento mayor Antonio Luis de Cabrera y de doña Valeriana Duarte de Meneses. En doña Elvira confluía las sangres de varios grupos familiares de significación: era sobrina bisnieta del fundador de Córdoba, don Jerónimo Luis de Cabrera, y tataranieta de Diego de Villarroel, fundador de Tucumán.
El último de los varones es Gerónimo de Herrera, segundo de su nombre, que contrajo matrimonio en dos oportunidades. Primero lo hizo con doña María de Soria Medrano y luego con doña María Juliana Ibáñez del Castrillo. Con estos enlaces la sangre de los Herrera se vincula a antiguas familias de gravitación en lo que hoy es la República Argentina.
En cuanto a las hijas de los Herrera y Cartagena, debemos decir que las dos aportaron a la familia estrechas vinculaciones con importantes grupos familiares: doña Rafaela de Herrera y Cartagena fue casada con el sargento mayor Sebastián de Nieva y Castilla, y doña Francisca de Herrera y Cartagena, la última de las hijas, casó en dos oportunidades: 1) con el capitán Martín de Velázquez y 2) con el maestre de campo Ignacio de Agüero.
En la primera generación de la familia en tierra catamarqueña, la estrategia utilizada por los hijos del matrimonio fundador es el matrimonio exogámico. A través de los casamientos, se vinculan con importantes linajes de la región, lo que consolida la posición social de esta familia en tierra catamarqueña.
En la segunda y tercera generación, la familia se repliega sobre sí misma. Los matrimonios endogámicos son cada vez más frecuentes. Los nietos y bisnietos del matrimonio fundador contraen matrimonio con parientes, lo cual era común entre familias de elite en una ciudad con escasa población española o criolla.

A manera de conclusión
La familia Herrera está considerada como una de las más antiguas de la sociedad argentina, como lo hemos manifestado. Su radicación en la primera mitad del siglo XVI en el continente americano la posiciona entre los grupos familiares que han perdurado hasta el presente con descendencia masculina. Hemos afirmado que el linaje Herrera que estudiamos tiene por genearca en el Tucumán, a mediados del siglo XVI, a Andrés de Herrera; éste, nacido en España hacia 1490, pasa a las Indias Occidentales hacia la tercera década del siglo XVI, donde realizará un largo derrotero en lo geográfico. Los actuales Perú, Ecuador y Argentina, serán espacios donde participará en acontecimientos decisivos; las guerras civiles, descubrimiento de nuevos territorios, fundación de ciudades y colonización de las tierras conquistadas.
Se encontraba en el Perú hacia 1536, donde conoció al conquistador Francisco de Aguirre, con quien volverá a encontrarse en el Tucumán casi dos décadas después. Su participación en la expedición al País de la Canela, queda acreditada por el testimonio de su nieto García, brindado en 1608 en la ciudad de Santiago del Estero.
Su rol en las huestes reales, expediciones de conquista y fundación de nuevas urbes en tierras inhóspitas (ciudades de Barco, Córdoba de la Nueva Andalucía, San Felipe en el Valle de Lerma), muchas veces a su costa y minción, hará que la Corona lo premie con encomiendas de indios. Se radicará en la antigua gobernación del Tucumán, en su ciudad cabecera, Barco-Santiago del Estero, donde procreará a la segunda generación destinada a extender su apellido, sangre y prestigio.
En la primera mitad del siglo XVII, los Herrera se establecen en Catamarca, por el casamiento del capitán Gerónimo de Herrera con Ana Páez de Cartagena. De los seis hijos del matrimonio, solamente cuatro perpetuarán el apellido y la sangre de los Herrera y Cartagena.
Los matrimonios exogámicos constituyeron, en la primera generación, una estrategia de consolidación del linaje en tierra catamarqueña. El propio fundador de la familia se vincula, por casamiento, con la descendencia del poderoso encomendero Pedro de Maidana, vecino fundador de La Rioja. Los hijos de los Herrera y Cartagena acrecentaron el capital simbólico de su familia a través de sus enlaces con los Carrizo de Andrada, Soria Medrano, Ibáñez del Castrillo, Agüero, Nieva y Castilla, entre otros. En la segunda y tercera generación la familia se repliega sobre sí misma y los matrimonios endogámicos se imponen como estrategia. Los nietos y bisnietos del matrimonio fundador contraen matrimonio con parientes, lo cual era común entre familias de elite en una ciudad con escasa población española o criolla.
La familia Herrera, fundada en el siglo XVI en el continente americano y establecida en la primera mitad del XVII en el territorio catamarqueño, presenta características comunes a los grupos familiares de elite, estudiados previamente en otros puntos de Latinoamérica.
De esta manera, los miembros del linaje Herrera tendrán activa participación en la vida religiosa, política, económica, social y cultural de Catamarca y Argentina, durante el transcurso de los siglos XVII a XIX. Algunos de ellos accederán a la primera magistratura, entre los cuales sobresalen las figuras de Nicolás de Avellaneda y Tula (nieto de una Herrera), del general Octaviano Navarro (hijo de una Herrera) y del doctor Julio Herrera González, todos ellos gobernadores de la provincia de Catamarca en el transcurso del siglo XIX. El presidente de la Nación Argentina, Nicolás Avellaneda, era tataranieto de dos señoras Herrera y Quiroga, ambas hijas del maestre de campo Pedro de Herrera Ibáñez.


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[1] Comunicación personal al autor (2002).
[2] Pérez Sáez, Vicente Juan y María Fanny O. de Pérez Sáez, El Español de la Argentina. Documentos para su Historia (Noroeste). Volumen I, Universidad Nacional de Salta. Consejo de Investigación. Proyecto Nº 439, 1997.
[3] Bernand, C. y S. Gruzinski, Historia del Nuevo Mundo. Del Descubrimiento a la Conquista. La experiencia europea, 1492 - 1555, Fondo de Cultura Económica, México, 1996, p. 443.
[4] Lorandi, Ana María, Ni ley, ni rey, ni hombre virtuoso. Guerra y sociedad en el virreinato del Perú. Siglos XVI y XVII, Gedisa Editorial, Barcelona, 2002; Drigo, Ana Laura, La gran rebelión de Gonzalo Pizarro. Liderazgo y legitimidad (Perú Siglo XVI), Editorial Dunken, Buenos Aires, 2006.
[5] En 1556, Andrés de Herrera declara tener 66 años de edad. Levillier, Roberto: Gobernación del Tucumán. Probanzas de méritos y servicios de los conquistadores - Documentos del Archivo de Indias, Tomo I (1548 - 1583), Sucesores de Rivadeneyra (S.A.), Colección de Publicaciones Históricas del la Biblioteca del Congreso Argentino, Madrid, 1919.
[6] Información proporcionada al autor el 8 de octubre de 2001 por Da. Pilar Lázaro de la Escosura, Jefe del Departamento Referencias del Archivo General de Indias. Fuente: Sección Contratación, L.1. Fol. 462. Adrados se encuentra en la provincia de Segovia, Comunidad Autónoma de Castilla y León.
[7] Pérez Sáez, Vicente Juan y María Fanny O. de Pérez Sáez, El Español de la Argentina. Documentos para su Historia (Noroeste), ob. cit.
[8] Binayán Carmona, Narciso: Historia Genealógica Argentina, Emecé, Buenos Aires, 1999, pp. 36-37.
[9] Martínez Gálvez, Miguel, Orígenes y Linajes: Los Herrera de Catamarca, Revista El Hogar, Buenos Aires, 1943.
[10] Levillier, Roberto: Gobernación del Tucumán. Probanzas de méritos y servicios de los conquistadores - Documentos del Archivo de Indias, Tomo I (1548 - 1583), ob. cit.
[11] Levillier, Roberto: Gobernación del Tucumán. Probanzas de méritos y servicios de los conquistadores - Documentos del Archivo de Indias, Tomo I (1548 - 1583), ob. cit.
[12] Levillier, Roberto: Gobernación del Tucumán. Probanzas de méritos y servicios de los conquistadores - Documentos del Archivo de Indias, Tomo I (1548 - 1583), ob. cit.
[13] Levillier, Roberto: Gobernación del Tucumán. Probanzas de méritos y servicios de los conquistadores - Documentos del Archivo de Indias, Tomo I (1548 - 1583), ob. cit.
[14] Su nieto García de Herrera dice que Andrés fue "padre", a secas, de otro Andrés de Herrera, a quien menciona como su "padre legítimo".
[15] Moyano Aliaga, Alejandro, Los Fundadores de Córdoba: Su origen y radicación en el medio, en Estirpe, Revista de Genealogía, N°2, Córdoba, 1992.
[16] Larrouy, Antonio, Materiales para nuestra historia - La familia Herrera de Catamarca, Catamarca, 1916.
[17] Moyano Aliaga, Alejandro, Los Fundadores de Córdoba: Su origen y radicación en el medio, ob. cit.
[18] Levillier, Roberto, Gobernación del Tucumán. Papeles de gobernadores en el siglo XVI. Documentos del Archivo de Indias, Imprenta de Juan Pueyo, Madrid, 1920.
[19] Era vecino encomendero de Santiago del Estero en 1592. Larrouy, Antonio, Materiales para nuestra historia - La familia Herrera de Catamarca, ob. cit.
[20] Pérez Sáez, Vicente Juan y María Fanny O. de Pérez Sáez, El Español de la Argentina. Documentos para su Historia (Noroeste), ob. cit.
[21] Pérez Sáez, Vicente Juan y María Fanny O. de Pérez Sáez, El Español de la Argentina. Documentos para su Historia (Noroeste), ob. cit.
[22] Doucet, Gastón Gabriel: Vecinos, moradores, residentes y otros habitantes de tres ciudad tucumanenses en 1608, en Genealogía N°29, Revista del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, Buenos Aires, 1998, p. 520.
[23] Esta hija podría ser Petronila de Herrera, cuyo testamento figuraba entre los papeles de su sobrino, el capitán Martín García de Herrera. No hemos podido ubicar dicho documento, que traería un poco más de luz sobre Andrés de Herrera, su esposa y sus hijos.
[24] Pérez Sáez, Vicente Juan y María Fanny O. de Pérez Sáez, El Español de la Argentina. Documentos para su Historia (Noroeste), ob. cit.
[25] Larrouy, Antonio, Materiales para nuestra historia - La familia Herrera de Catamarca, ob. cit.
[26] El primer encomendero del pueblo de Pipanaco fue Pedro de Tapia, que participó en 1607 en la fundación de la ciudad de San Juan Bautista de la Rivera. En 1644 era encomendero su hijo Francisco de Tapia, que fallece dejando vaco el feudo. Es entonces cuando el gobernador Acosta y Padilla lo encomendó al capitán Gerónimo de Herrera, "con pensión de entregarle fuerte suma de dinero" (Luque Colombres, Carlos, Repertorio de Documentos de Archivos cordobeses relativos a Catamarca (siglos XVII y XVIII), en Primer Congreso de Historia de Catamarca, Tomo III, Catamarca, 1966; Andrada de Bosch, Elsa, Los Pedraza, en Boletín del Centro de Estudios Genealógicos de Córdoba N°27, Córdoba, 1998).
[27] En 1630, María Magdalena de Cabrera ya estaba muerta, y vivía su segundo esposo, Gracián de Iriarte (Larrouy, Antonio, Documentos relativos a Nuestra Señora del Valle y a Catamarca, Tomo Primero (1591 - 1764), Compañía Sudamericana de Billetes de Banco, Buenos Aires, 1915).
[28] Carta del Dr. Prudencio Bustos Argañarás al autor, fechada en Córdoba, Argentina, 12 de febrero de 1998.
[29] Larrouy afirma que era hija de Pedro de Maidana (Larrouy, 1916), pero el testamento de Maidana y un documento vinculado a la capellanía de El Portezuelo confirman que Ana Páez de Cartagena era media hermana materna de Juana de Iriarte, hija de María Magdalena de Cabrera, que era hija de Pedro de Maidana, de lo que resulta que Ana Páez de Cartagena era nieta de Pedro de Maidana.
[30] Boixadós, Roxana, Notas y reflexiones sobre la genealogía de un conquistador del Tucumán: Juan Ramírez de Velasco, en El Tucumán colonial y Charcas, Tomo II, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 1997, p. 206.
[31] Testamento de Pedro de Maidana, fechado el 15 de enero de 1630, pocos días antes de su muerte (Larrouy, 1915, ob. cit.).

miércoles, 19 de octubre de 2011

NUEVA BANDERA DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA

Archivo:Bandera de Catamarca.svg


Con un acto que impactó por su puesta en escena, los catamarqueños reafirmaron ayer su sentimiento de libertad en el marco del 190º Aniversario de la Autonomía de la provincia, ocasión en la que se aprovechó la importancia de la fecha y se presentó oficialmente la Bandera de Catamarca.
La ceremonia se desarrolló en instalaciones del Paseo de la Fe, y giró, principalmente, en la presentación de la Bandera que identificará de ahora en más a la provincia. Es más, hasta este momento, Catamarca era la única provincia del país que no poseía este emblema.
Presidieron el acto el Gobernador de la provincia Eduardo Brizuela del Moral y el intendente de la ciudad, Ricardo Guzmán, además de funcionarios provinciales, municipales, legisladores e invitados especiales.
La organización y la puesta en escena del notable acto estuvieron a cargo de la empresa De Pura Cepa, la empresa mendocina que tuvo a cargo en los últimos años el espectáculo mayor de la Fiesta Nacional del Poncho. En primer lugar, representantes de los diferentes cultos religiosos reconocidos en la provincia, efectuaron una invocación, denominada Oración por el Bienestar de la provincia. Luego, se efectuó el izamiento del Pabellón Nacional emplazado frente a la Catedral Basílica.
Posteriormente, fue el turno de la presentación de la Bandera de Catamarca, como “símbolo de unidad política de su pueblo y de su identidad social y cultural”, tal como reza en los fundamentos del decreto Nº 641, en el cual se convoca a concurso para el diseño de ésta y cuya selección estuvo a cargo de un jurado integrado por el ministro Mario Perna y los magister Marcelo Gershani Oviedo y Alicia Moreno.
La Bandera de Catamarca fue presentada por representantes de agrupaciones gauchas, encabezadas por Jorge Alejandro Álvarez, e integrantes de la Escuela del Folclore “Piriqui Pérez”, con el Himno a Catamarca, tras lo cual fue izada por primera vez por el Gobernador en un segundo mástil ubicado en el Paseo de la Fe. Suelta de globos, emoción y aplausos. (El Esquiú.com, 26 de agosto de 2011)



Fotografía de ElAncasti.com.ar
Fue diseñada por Claudio Fabián Martinena, siendo este ganador de un concurso para el diseño de la misma. La descripción y representación de sus elementos, es la siguiente, de acuerdo con el diario catamarqueño La Unión: ...posee una forma rectangular con una proporción total de 90cm de alto por 1,80 cm de ancho, formada por un campo repartido en cuatro partes. En los bordes cuenta con un fileteado teñido de color oro, que representa la riqueza cultural hereditaria que posee la provincia. En tanto, el lateral superior es celeste y blanco, que representa el cielo, la enseña nacional y el manto de la Virgen. En la parte inferior, posee una franja rojo sangre, que representa, “la mixtura de nuestra sangre”. En el centro, en la unión de los colores fue diseñado un sol, inspirado en el sol de los incas. En los laterales del mismo, se diseñó una corona de olivos, formada por 16 hojas, que representan a todos los departamentos de la provincia.

FELICITAMOS A ALICIA Y MARCELO Y AL GANADOR DEL CONCURSO CLAUDIO FABIÁN MARTINENA POR EL PABELLÓN PROVINCIAL DE CATAMARCA.

martes, 18 de octubre de 2011

DECLARACIÓN DE QUITO
23 DE SEPTIEMBRE DE 2011
XVII REUNIÓN AMERICANA DE GENEALOGÍA
Y
VII CONGRESO IBEROAMERICANO DE LAS CIENCIAS GENEALÓGICA Y HERÁLDICA
QUITO-ECUADOR

En la XVII Reunión Americana de Genealogía y VII Congreso Iberoamericano de las Ciencias Genealógica y Heráldica, se le encomendó al Dr. Prudencio Bustos Argañarás la redacción de una Declaración que llevaría el nombre de la ciudad anfitriona. Sobre la base de la Declaración de Córdoba (de su autoría) aprobada en la IV Reunión de Genealogistas Argentinos, más las sugerencias de Miguel Quintero y los apartados de Heráldica suscriptos por Esther Rodríguez de Soaje Pinto y Jaime de Salazar y Acha, la asamblea de ponentes y asistentes a la RAG aprobó la siguiente Declaración de Quito.
Esperamos que sus recomendaciones se respeten y cumplan para que tanto la Genealogía como la Heráldica lleguen a un nivel científico en las investigaciones de muchos de sus cultores.


DECLARACIÓN DE QUITO

PRIMERA: Las fuentes consultadas en la realización de todo estudio genealógico deben ser sometidas a un severo juicio crítico, que permita corroborar la autenticidad de lo que en ellas se afirma. Esto es particularmente importante en el caso de las fuentes bibliográficas, debiendo evitarse la repetición de errores. En caso de contradicción entre dos fuentes, se debe, en principio, otorgar primacía a la documental sobre la bibliográfica. Idéntico criterio debe aplicarse a las nuevas fuentes informáticas.

SEGUNDA: Las conclusiones extraídas mediante la aplicación del método deductivo deben fundarse en presunciones graves, precisas y concordantes, y ser explicitadas como tales, citándose los elementos de juicio en que se basan. Las hipótesis de trabajo no deben ser expuestas como conclusiones, sino presentadas en tal carácter al juicio del lector, mediante la mención de los elementos que suscitaron su formulación.

TERCERA: Todo trabajo genealógico, sean cuales fueren sus características y el método expositivo adoptado, debe ser armónico, comprensible y de fácil lectura, evitándose las expresiones ampulosas que afecten su sobriedad. En el caso específico de los estudios de linajes deben extremarse los recaudos precitados, facilitando al lector la ubicación de las distintas generaciones, mediante una correcta enumeración correlativa, división en capítulos, uso de mayúsculas u otros procedimientos destinados a preservar su claridad y uniformidad. Con idéntico propósito, se recomienda evitar las biografías extensas, a excepción de aquellos trabajos que combinen Genealogía e Historia. La utilización de abreviaturas debe reservarse a aquellos trabajos que por su extensión y modalidad lo hagan aconsejable. En caso de utilizarse abreviaturas, se recomienda aclarar su significado al comienzo o a la finalización del trabajo. Se pone énfasis en la conveniencia de incorporar índices onomásticos, sobre todo en caso de trabajos extensos.

CUARTA: Las circunstancias de tiempo, lugar y entorno socio-cultural, deben constituir elementos integrantes de los estudios genealógicos, toda vez que permiten ubicar a cada individuo o familia dentro del medio en que se desenvolvió.

QUINTA: El tratamiento de don y doña debe reservarse estrictamente a quienes lo utilizaron en sus firmas o lo recibieron por parte de sus contemporáneos. Esta norma es esencial tratándose de personas que vivieron hasta el siglo XVIII, y su inobservancia –tanto al atribuírselo a quien no lo tuvo, como al omitírselo a quien lo recibió- constituye un error histórico y genealógico. Cuando un individuo aparezca en distintos documentos con tratamiento de don o doña, y sin él, se recomienda consignarlo expresamente.

SEXTA: El invento y tergiversación de datos resultan inadmisibles en un trabajo genealógico. El ocultamiento y la omisión deben asimismo ser evitados, correspondiendo consignarse toda la información obtenida sobre el tema que se trate, utilizando un lenguaje claro, sin incurrir en eufemismos que favorezcan interpretaciones equívocas. Los ditirambos, el exceso de calificativos y las frases apologéticas no guardan armonía con la sobriedad que debe caracterizar a toda obra del género.

SEPTIMA: La mención detallada de las fuentes en donde fueron obtenidos los datos que se consignan es una condición imprescindible en todo trabajo genealógico, debiéndose además, en el caso de las documentales, citarse la signatura completa y el Archivo donde se custodia el documento.

OCTAVA: Se recomienda evitar las alusiones a linajes diferentes al tratado, que llevan el mismo apellido y que puedan confundir al lector. Cuando se trate de formulaciones de hipótesis sobre presuntas vinculaciones entre ambos deberá dejarse debidamente aclarado su carácter conjetural.

NOVENA: Cuando en un trabajo genealógico se hagan referencias a los emblemas heráldicos de una determinada familia, el autor se limitará a expresar si dicho linaje hizo uso de tal escudo de armas y se abstendrá de hacer referencia a los utilizados por otras familias del mismo apellido, pero sin parentesco comprobado con la familia tratada.

DECIMA: La descripción de las armas deberá justificarse señalando sus pruebas documentales: labras en las fachadas de las casas, reposteros, sellos, ejecutorias, certificaciones de armas, etc. y acompañadas de un análisis crítico de las mismas, haciendo constar la procedencia del testimonio. Las certificaciones de los Reyes de Armas sólo nos dan fe de que una persona utiliza unas determinadas armas, pero nunca de las razones de ello o de sus antecedentes históricos, que hay que examinar siempre con prevención

DECIMO PRIMERA: Se debe observar la estricta aplicación de la terminología heráldica, en cuanto a particiones, metales y colores, en la descripción de cualquier emblema de carácter familiar o institucional, ya sea civil, militar o eclesiástico.

DECIMO SEGUNDA: Se han de evitar las explicaciones esotéricas o cabalísticas, así como las atribuidas a orígenes mitológicos o bíblicos, que no tienen ninguna base científica. Igualmente al posible simbolismo atribuido a colores y figuras, que suele ser casi siempre inventado muy a posteriori y, por tanto, sin ninguna base científica.

DECIMO TERCERA: Se recomienda la participación de heraldistas, así como de las instituciones que los agrupan, en todo proceso de creación de nuevos emblemas heráldicos.

DECIMO CUARTA: Se invita a las instituciones a dar a conocer estas normas en sus respectivas publicaciones.




miércoles, 12 de octubre de 2011

Día de la Raza
1492-12 de Octubre-2011

“Para nosotros, la raza no es un concepto biológico. Para nosotros, es algo puramente espiritual (...) La historia, la religión y el idioma simbolizan en el Día de la Raza, instituido por el presidente Yrigoyen, la perpetración en magníficos términos del sentimiento de filiación a España (...) Si la América olvidara la tradición que enriquece su alma, rompiera sus vínculos con la latinidad, se evadiera del cuadro humanista que le demarca el cristianismo y negara a España, quedaría instantáneamente baldía de coherencia y sus ideas carecerían de validez".


(J. D. Perón, 12/10/1947)
Tumba de Cristóbal Colón en la Catedral de Sevilla

sábado, 8 de octubre de 2011

Crónica Fotográfica
de la
XVII Reunión Americana de Genealogía
y
VII Congreso Iberoamericano
de las Ciencias Genealógicas y Heráldicas
Quito (Ecuador)

Invitamos a recorrer las fotografías publicadas en el blog  xviiragquito.blogspot.com de nuestro colega genealogista Luis José Prieto-Nouel (Investigador Genealógico desde 1983. Miembro de Número del Instituto Dominicano de Genealogía desde 1989, Presidente IDG 2001-2004. Presidente fundador Academia Dominicana de Genealogia y Heraldica desde 2004 hasta la fecha, Vice Canciller de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria, Capitulo Santo Domingo, R.D. desde 2010.)
Además de tener una más que acabada síntesis a través de la crónica fotográfica de las actividades académicas, recreativas y de camaradería durante la RAE y el Congreso Iberoamericano, se podrá observar, desde la mirada detallista del fotógrafo, las bellezas naturales e históricas de la ciudad de San Francisco de Quito y sus alrededores.
Asimismo, se hallan publicadas in extenso las ponencias presentadas, entre las que encontramos autores argentinos y miembros de la Asociación de Diplomados.
Como ejemplo, publicamos una fotografía de Luis J. Prieto-Nouel, que muestra el claustro del convento de San Francisco, y a continuación, el Árbol Genealógico de la Orden Franciscana.

viernes, 7 de octubre de 2011

Linajes de Catamarca: una lección de genealogía práctica

Nuestro colega Marcelo Gershani Oviedo ha participado de la experiencia de Family Search Center Lessons, filmando un video que se encuentra en línea. Puede verse a través del siguiente enlace (cliquear aquí)
Los tópicos comentados son:
- Cómo iniciar la investigación genealógica
- Qué recursos tenemos disponibles
- ¿Qué dificultades se podrían encontrar?
- ¿Cómo resolverlas?
- ¿Qué hacer con los datos encontrados?


Lesson Supplements


Description
Esta es una presentación de genealogía que enseña como empezar la genealogía, apoyada en ejemplos concretos de los linajes de Catamarca, Argentina. Da ideas sobre cómo manejar la información en una manera eficaz.

Additional Information
Language Spanish
Place Latin America
Lesson Owner Marcelo Gershani Oviedo
Skill Level Intermediate
Lesson Creation Date 26 Sep 2011
Presenter Marcelo Gershani Oviedo
Nuevas reuniones científicas del campo genealógico
Compartimos novedades genealógicas para agendar; sobre la sede y fecha aproximada de la próxima Reunión Americana de Genealogía.

Utah será la sede de la próxima reunión


Estimados genealogistas y entusiastas de la genealogía
Al culminar con éxito la XVII Reunión Americana de Genealogía en la ciudad de Quito, se sometió a votación la propuesta hecha por el Dr. Jorge Ryskamp de Estados Unidos de llevar a cabo la XVIII Reunión Americana de Genealogía en su país, en el año 2013. La votación fue unánime en favor de tal propuesta y se definió que el mejor mes para su realización es Septiembre por causa de que es temporada baja, para obtener mejores precios, y también mejor clima. FamilySearch y la Universidad Brigham Young auspiciarán el evento.
Se puede hacer clic en el siguiente enlace para ver un poco más sobre el evento en Quito y otros temas relacionados: http://conferenciadegenealogia.blogspot.com/
Con el fin de ir identificando el grupo de personas que podría estar interesado en asistir, enviamos esta comunicación a todos aquellos de quienes tenemos un correo electrónico, para ir armando la lista de los asistentes a la XVIII Reunión Americana de Genealogía, y definir adecuadamente los canales de comunicación así como el comité consultor de la conferencia.
Cordial saludo,

Javier Tobón

FamilySearch
América Latina

lunes, 3 de octubre de 2011

Acto Homenaje a las Patricias Sanjuaninas
Centro de Genealogía y Heráldica de San Juan

Compartimos con nuestros lectores una más que interesante y loable actividad del Centro de Genealogía de San Juan, que preside nuestro amigo Mg. Guillermo Collado Madcur, a quien felicitamos y a todos los integrantes del Centro sanjuanino.

Estimados/as:

Por el presente correo les informo que el Centro de Genealogía y Heráldica de San Juan realizó, el sábado 1 de octubre próximo-pasado, a las 16:30, en la Plaza "Domingo Faustino Sarmiento" de la localidad de Tamberías, departamento Calingasta, un acto de Homenaje a las Patricias Sanjuaninas en la persona de sus descendientes, en beneficio de las escuelas "Batalla de Chacabuco" de la localidad de Hilario y "Batalla de Maipú" de Tamberías. Contó con la presencia del Intendente, el Secretario de Gobierno y el Director de Turismo y Cultura de la Municipalidad de Calingasta, así como del director de la Escuela "Batalla de Chacabuco" de Hilario y padres y alumnos de la Escuela "Batalla de Maipú" de Tamberías, además de integrantes del Centro de Genealogía y Heráldica de San Juan.
El traslado de quienes viajamos desde San Juan, el desayuno en Villa Calingasta y el almuerzo fueron posibles gracias a la empresa "Troy Resources" del Emprendimiento Casposo, por gestión de nuestra consocia Mabel Benavídez de Albar Díaz
Nuestra institución efectuó una colecta interna, que permitió adquirir tela de polar con la que algunas integrantes del Centro y colaboradoras confeccionaron más de 100 bufandas. Otros integrantes donaron golosinas y bolígrafos. El miembro Alejandro Videla Moya gestionó y obtuvo del Ministerio de Minería de la Provincia, folletos y videos informativos de esta actividad para donar. El Vicepresidente Carlos Campodónico gestionó y obtuvo las siguientes donaciones:
(1) de la Secretaría de Cultura de la Provincia, libros escolares de autores provinciales y ponchos sanjuaninos con explicaciones de su origen;
(2) de la Sociedad Argentina de Escritores ("S.A.D.E."), filial San Juan, libros sobre Domingo Faustino Sarmiento publicados con motivo del bicentenario del natalicio de este personaje;
(3) de la Asociación Sanmartiniana, retratos del Gral. José de San Martín.
Las donaciones fueron entregadas simbólicamente por Myriam del Carril de Pasetti y María José Videla Moya, como descendientes de las patricias sanjuaninas, así como por los integrantes del Centro que nos encontrábamos presentes.
Para referirse a la trayectoria de las patricias sanjuaninas y las razones por las cuales el Centro de Genealogía y Heráldica de San Juan organiza este acto, habló la Mg. Mabel Benavídez de Albar Díaz. También hicieron uso de la palabra el Director de la Escuela "Batalla de Chacabuco" de Hilario, una madre de alumnos de la Escuela "Batalla de Maipú" de Tamberías, el Presidente del Centro de Genealogía y Heráldica de San Juan y el Intendente del departamento Calingasta.
Finalizado el acto, la Municipalidad de Calingasta ofreció un refrigerio para los presentes, que tuvo lugar en el Centro Integrador Comunitario de Tamberías.
De esta manera, el CENTRO de GENEALOGÍA y HERÁLDICA de SAN JUAN ha tratado de hacer viva la Genealogía, habiendo detectado a descendientes de personas destacadas en el pasado y evocado su memoria efectuando acciones similares en el presente.
Muy cordialmente,

Mg. Guillermo Kemel COLLADO MADCUR,

Presidente del CENTRO de GENEALOGÍA y HERÁLDICA de SAN JUAN.

domingo, 2 de octubre de 2011

Compartimos con nuestros lectores esta nota aparecida en el diario La Nación, del lunes 5 de septiembre de 2011, felicitando al Centro de Genealogía de Entre Ríos por despertar en los alumnos de sus cursos el interés por la historia familiar; asimismo, felicitamos al Dr. Justino Terán ya que su obra Guía Genealógica en el Milenium, aparece en el video que ilustra la nota.

La tecnología como aliada
Unárbol genealógico de 300 años, gracias a Internet

Con la ayuda de la Red como herramienta principal, Juan Carlos Roust (82) elaboró un archivo con los antepasados de su familia que recorre tres siglos de historia
Por Martina Rua  Para LA NACION

Hasta el tatarabuelo de su tatarabuelo. Hasta ahí llegó Juan Carlos Roust (82), en una investigación que comenzó en el año 1997 en la búsqueda de sus orígenes. "Tuve la inquietud de buscar a más Roust porque mi abuelo era el único que había venido a Argentina desde Dinamarca y no sabíamos mucho más. Con el regalo de la computadora que me hizo mi familia cuando me retiré comencé a investigar sobre este apellido que no es común, quería saber qué otros Roust había en el mundo y cuáles eran familia", presenta Juan Carlos mientras despliega sobre una mesa carpetas, fotos viejísimas y hasta libros de genealogía.

Cartas digitales
En el año 2000, ya con una conexión de Internet y mucha información recopilada, Juan Carlos comenzó a armar grupitos de a cinco direcciones de correo electrónico y comenzó a mandar mensajes en busca de posibles familiares.
"Fueron muchísimas correspondencias y así dí con cuatro personas que efectivamente eran de la familia. Uno en Alaska y tres en Dinamarca, que nos permitieron comprobar que mi abuelo tenía cuatro hermanos más y comencé a recibir mucha información (correos electrónicos, cartas, fotos) que me enviaron sus nietos, o sea mis primos. Pude aclarar mucho el panorama familiar", relata Juan Carlos mientras repasa cada fecha y marca una regla imaginaria con sus manos añosas sobre cada título de sus carpetas.
El relato remonta a personas de Dinamarca, Estados Unidos y Argentina. Algunos con vidas ordinarias, otros grandes aventureros y otros en búsqueda, como Juan Carlos, pero en otra punta del planeta.

Contacto directo
Pero los años de contacto digital, en los que las relaciones prosperaron y fueron ganando en intimidad, dieron frutos que permitieron conexiones fuertes. Una de las grandes emociones fue un cumpleaños compartido a través de la Web. "Un momento interesante fue cuando una de mis hijas, Claudia, utilizó la webcam aquí, mientras lo mismo sucedía en Dinamarca. Nos juntamos con mi prima Ingrid que cumplía 80 años. Ellos allá con una torta, una velita y la bandera danesa y nosotros aquí con otra torta, otra velita y la bandera argentina", se emociona Juan Carlos al recordar.


Luego, en el 2005, la nieta de una prima segunda de Juan Carlos, Johana, viajó a la Argentina y así se concretó el primer encuentro personal desde que este hombre se lanzó a una aventura de viajes en el tiempo y nuevas tecnologías.
Pero la historia está lejos de terminar. Tanto buscar a través de la web cuestiones relacionadas a los árboles genealógicos, que Juan Carlos dio con un curso que dictaba la Universidad de Entre Ríos en Buenos Aires sobre la temática. Durante el año 2009, y con más de 80 años, se recibió de genealogista y se especializó en técnicas y métodos para agudizar su búsqueda y dejó inmortalizada la historia de su familia en un libro que produjo la universidad que recopilaba las mejores historias de los alumnos.
"Ahora estoy viendo a cuáles de mis hijos y nietos les voy pasando el mando, a quién le interesa este trabajo ya que recopilar la información año a año lleva mucha dedicación. Además, aprendí en el curso que todavía hay mucho por investigar y descubrir en nuestra historia familiar", dice. En su casa su esposa Nélida (76), cinco hijos y diez nietos, siguen orgullosos la tarea de Juan Carlos.
Antes no lográbamos estas cosas. Ahora queda todo ahí en la red, documentado. Estas tecnologías son muy fáciles de usar, hay que animarse y acercarse sin miedo, aunque uno tenga mucha edad", recomienda alguien que se animó y le regaló a toda la familia Roust un pasado desconocido ahora revelado, un presente con una familia más grande y un futuro que promete nuevas aventuras.

Video: Un mismo apellido, varios países (cliquear aquí)

sábado, 1 de octubre de 2011

Revista La Fundación Cultural Nº 46, Marzo de 2011

   La Revista "La Fundación Cultural" es publicación trimestral institucional de la Fundación Cultural Santiago del Estero (de la provincia homónima), con artículos de índole social, histórica y cultural.

   En la edición Nº 46 correspondiente a marzo del presente año, nuestro colega Marcelo Gershani Oviedo publica una versión aumentada y corregida de su trabajo "La memoria genealógica y la elite dirigente catamarqueña entre la revolución y el centenario (1810-1910)".
   Puede verse la edición impresa a través del siguiente enlace: cliquear aquí.

XVII REUNIÓN AMERICANA DE GENEALOGÍA
Y
VII CONGRESO IBEROAMERICANO DE LAS CIENCIAS GENEALÓGICAS Y HERÁLDICAS
Familias del Siglo XVII en la constitución de la sociedad criolla iberoamericana
Quito, Ecuador, 19 al 24 de septiembre del 2011


PRESENTACIÓN

La Reunión Americana de Genealogía (RAG) agrupa a investigadores y estudiosos de la conformación de los grupos familiares que proceden, sobre todo de América española, y la Península Ibérica, por lo general vinculados a academias, institutos, centros y sociedades dedicadas al estudio de la Genealogía y la Heráldica.
La RAG tiene como misión promover el encuentro, discusión y difusión de una disciplina tradicional, vista como ciencia auxiliar de la historia y organiza congresos periódicos desde 1961. En este ya largo trayecto las reuniones se han convertido en un foro recurrente y la posibilidad de contar con un punto de encuentro para dialogar con algunos de los más prestigiosos investigadores en este campo, como también conocer las publicaciones de los colegas del extranjero, así como de algunas reveladoras novedades en la investigación y que vinculan a numerosos grupos familiares, objeto de estudio en varios países de América y la Península Ibérica.
La primera Reunión Americana de Genealogía se desarrollo en la ciudad de San Juan, Argentina en 1961. Con el paso de los años, aquel cónclave de amigos que compartían la pasión por la investigación genealógica fue derivando en actos académicos de mayor participación y actualmente concurren a ella historiadores de diferentes campos y disciplinas: historia de la familia, genealogía, heráldica, documentalistas, archivistas, historiadores del arte, informático y un sin números de interesados en uno de los campos del conocimiento que más seguidores encuentra en la actualidad.
Desde sus comienzos en Argentina, la Reunión Americana de Genealogía ha tenido que discurrir a lo largo y ancho del Continente Americano y desde su función con los Congresos Iberoamericanos de las Ciencias Genealógicas y Heráldicas, abrió su ámbito a España y Portugal. Los primeros fueron en Argentina: San Juan (1961); Córdoba (1976) y posteriormente se ha tenido las siguientes, desde: Santiago, Chile (1978); Córdoba, Argentina (1986); Córdoba, Argentina (1992); La Plata, Argentina (1995); Córdoba, Argentina (1997); Sucre, Bolivia (1998); Montevideo, Uruguay (1999); San José de Costa Rica, Costa Rica (2000); Santiago de Compostela, España (2002); Sucre, Bolivia (2003); Antigua, Guatemala (2005); Lima, Perú (2007); Santo Domingo, Republica Dominicana (2009); Morelia, México ( 2010).
Además, la RAG, con la finalidad de fomentar más aun el intercambio entre los estudiosos de esta disciplina, ha establecido diferentes mecanismos de acción con instituciones y académicas superiores. Así como en España se contó con el auspicio del Consejo de Investigaciones Científicas y de la Xunta de Galicia, como también del Instituto de Estudios Gallegos “Padre Sarmiento”. En Bolivia con la UNESCO, en Santo Domingo, con la Universidad Pedro Henríquez Ureña. En Morelia-México con la Universidad Nacional Autónoma de México. Quito tendrá como invitados especiales a las dos Corporaciones SAG Nacional de Ecuador. (Corporación- Asociación de Amigos de la Genealogía: Nacional) y SAG Centro –Sur del Ecuador, además de la U.
Los estudios sobre genealogía y heráldica han experimentado una fuerte expansión en el ámbito académico internacional. En América española, España y Portugal, la literatura sobre grupos familiares, identificación de blasones y biografías colectivas, sustentadas en una perspectiva histórica están adquiriendo, simultáneamente, un desarrollo relevante. Tenemos que recalcar que en Ecuador tiene un gran avance en cuanto a Genealogía Social y una mayor cercanía con la Historia Social. Habiéndonos empeñado en que la Historia cada vez sea más real, al igual que sus personajes y que la Genealogía sea la base de la Historia, como su identidad.
La investigación genealógica en Ecuador, ha contado con varios centros que agruparon a investigadores y estudiosos de esta Ciencia, destacando la SAG ( SOCIEDAD DE AMIGOS DE LA GENEALOGÍA), que, con estatutos aprobados por el Ministerio de Educación y Cultura, pasó a llamarse CSAG, (CORPORACIÓN- SOCIEDAD DE AMIGOS DE LA GENEALOGÍA), con dos sedes, que han publicado más de 250 obras y por lo menos 30 revistas, desde su fundación con este nombre en 1984. De estos grupos, hemos participado por lo menos tres personas diferentes pertenecientes a la CSAG, en las pasadas Reuniones Americanas, desde la de Costa Rica hasta el de Morelia- México.
n la vasta experiencia adquirida en los innumerables congresos y reuniones tanto dentro como fuera del país y con el apoyo de la CSAG, pensamos que podemos afrontar la XVII Reunión Americana y VII Iberoamericana, una vez que viene postergándose este evento desde hace algunos años, por diferentes causas. Como en Morelia- México, se presentaron algunos inconvenientes de carácter logístico, la RAG en reunión ampliada, decidió que se debía hacerla más cercana en la fecha.
La celebración de Bicentenarios en Ecuador desde los años de 2009-30, suponen momentos importantes, cruciales, para abordar esta temática, teniendo como marco histórico la Emancipación Americana, además de otras celebraciones nacionales ecuatorianas de la época, que nos han empeñado en realizar estudios especiales sobre ciertas familias y personajes, que los daremos a conocer a continuación:

Temática de ponencias para el Congreso:

• Estudio de familias de origen indígena y su comportamiento en la época de la Independencia (tres primeras décadas del S. XIX).
• Familias hispano-americanas con descendencia en por lo menos dos países para la época de la Independencia.
• Grandes linajes. Familias con poder económico, político o social o por ser muy difundidas, sean de gran importancia nacional.
• Comportamiento de familias tituladas en países hispanoamericanos durante la Independencia.
• Cambios sociales en grupos familiares en América española, resultado de procesos migratorios puntuales y que atiendan a un origen geográfico, social o político.
• Heráldica y genealogía de Próceres de la Independencia.
• Genética y Genealogía.
• Fuentes documentales y bibliográficas para estudios genealógicos.


XVII Reunión Americana de Genealogía. Comunicaciones

1. Grandes Linajes Iberoamericanos: tiempo anterior y posterior de la Independencia.
2. Migración por el mismo motivo anterior,
3. Manifestación Heráldicas Iberoamericanas, estimativa del uso en las familias y como símbolos patrios.
4. Genética y Genealogía, estudios sobre el tema,
5. Fuentes Documentales y Bibliográficas para estudios Genealógicos.
Representantes de Ecuador, España, República Dominicana, Chile, Guatemala, Argentina, Perú.